sábado, 24 de noviembre de 2007

TAJ MAHAL.

TAJ MAHAL. NO ES POSIBLE OLVIDAR.

"Una lágrima en la mejilla del tiempo". (Rabindranath Tagore). Un emperador, prisionero de sus hijos miraba desde su prisión la tumba de su mujer. El día que murió ella todo su pelo se encaneció. Todo empezó con un regalo.

Un joven príncipe, Shah Jahan, ve a una niña de quince años, Mumtaz Mahal, en un bazar admirando collares. El joven príncipe pregunta el precio del collar de cristal que ella se estaba probando. Le respondieron que no era de cristal, sino de diamantes y le dicen el precio. Responde ¡Desde ahora es de ella!.

Tuvieron que esperar cinco años para poder casarse. Durante este tiempo no pudieron verse ni una vez... Finalmente, la boda tuvo lugar en el año 1612.

En 1631, unos años después de su ascensión al trono, y cuando le acompañaba en su campaña en el Decán, la emperatriz Mumtaz Mahal murió al dar a luz a su decimocuarto hijo. Aquel príncipe, convertido en emperador, al conocer la muerte de la llamada «perla» del palacio, encaneció en un día.

Dejó de un lado sus guerras y se consagró a construir el Taj Mahal.

Veinte mil trabajadores necesitaron veintidós años. El mármol blanco de sus paredes se trajo en carretas tiradas por bueyes, búfalos, elefantes y camellos desde las canteras de Makrana, en Rajastán, situadas a más de 300 kilómetros de distancia. El jade y el cristal de la China, turquesas del Tibet, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen, zafiros de Ceilán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de Rusia, cuarzo del Himalaya, diamantes de Golconda y ámbar del océano Indico. En una curva del río Yamuna se construyó el increíble mausoleo.

Por algunas costumbres de la época, puede ser cierta la leyenda según la cual el emperador ordenó que arquitectos, decoradores y artesanos, tras completar su trabajo, fuesen cegados y que se amputasen sus manos, para que no pudieran volver a construir un monumento que empañara la belleza del Taj Mahal.

En el interior del mausoleo hay una sala octogonal central, con cuatro salas octogonales más pequeñas alrededor. Los cenotafios se hallan en el centro de la cámara principal y están rodeados por una celosía octogonal de mármol labrado con incrustaciones en sus partes macizas; el del emperador a un lado, el de su esposa en el centro, ya que, en principio, el Taj Mahal fue construido sólo para ella.

  • Ella está representada por una pequeña loza, y el emperador, por un tintero, símbolo de la mujer como un papel en blanco en que escribe su marido.
La cámara mortuoria está rodeada de finas paredes de mármol incrustadas con piedras preciosas que filtran la luz natural, traduciendo su belleza en mil colores. La sonoridad del interior, amplio y elevado, es un eco que suena y resuena, y nunca se detiene.
Las autoridades de Agra permiten nuevamente la visita en noches de luna, paseo tradicional por el monumento, que fueran prohibidas desde 1984 por temor a atentados. El mármol blanco presenta características de fluorescencia bajo la luz de la luna.

Se dice que el emperador Shah Jahan quería construir su propio mausoleo en mármol negro, a imagen y semejanza del de su esposa, Mumtaz Mahal, al otro lado del río Yamuna, y unir después ambos mediante un puente de oro. Hoy, al otro lado del río, frente al Taj Mahal, queda un resto, en piedra roja, de lo que se dice que fue el inicio de la construcción del edificio gemelo del Taj Mahal.

No llegó a construirse ya que Aurangzeb, tercer hijo de Shah Jahan, después de vencer a sus hermanos y hacerse con el poder, encarceló a su propio padre en la fortaleza roja de Agra.

Shah Jahan vivió sus últimos años prisionero en el Fuerte Rojo, desde donde contemplaba el Taj Mahal a través de su ventana.

En su lecho de muerte, a los setenta y cuatro años, pidió que se le colocara un espejo para ver constantemente la tumba de su esposa. Cuando murió, miraba el Taj Mahal. Mientras vivió, sólo tuvo fuerzas para recordar. Olvidar no es posible cuando el amor es eterno.

UNA LÁGRIMA EN LA MEJILLA DEL TIEMPO

La palabra “Taj” proviene del persa, lenguaje de la corte mogol, y significa “Corona”, mientras que “Mahal” es una variante corta de Mumtaz Mahal, el nombre formal en la corte de Arjumand Banu Begum, cuyo significado es “Primera dama del palacio”. Taj Mahal, entonces, refiere a “la corona de Mahal”, la amada esposa de Sha Jahan.

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